Los principales objetivos al hacer estas cervezas de prueba eran determinar si las levaduras estaban vivas, evaluar su comportamiento en fermentación (tiempos, atenuación y floculación principalmente), y finalmente conocer el perfil organoléptico que cada una le puede entregar a una cerveza.
Este perfil va a ser diferente según la composición del mosto (azúcares, nutrientes) y del ambiente en que la levadura fermente (temperatura, presión, entre otros), y en este caso las condiciones no fueron tan parecidas a las cervezas Farmhouse que estas levaduras están acostumbradas a fermentar, pero por algo había que comenzar.
Link Receta | Cerveza de Prueba | Landrace Yeast Test #1 | |
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ABV | IBU | 5.4 % Hornindal / 5.3 % Ebbegarden | 10 | |
Degustación | 16 noviembre 2019 | |
Envasado | 31 julio 2019 |

Landrace Yeast Test #1: Hornindal
Apariencia: Turbia, viscosa y prácticamente sin espuma.
Aroma: Fruta tropical en intensidad baja.
Sabor: Principalmente a fruta ácida, de intensidad alta. Amargor bajo.
Sensación: Textura viscosa, no es bebible.

Landrace Yeast Test #1: Ebbegarden
Apariencia: Color dorado traslúcido, casi sin espuma.
Aroma: Fruta ácida con notas a frutilla, frambuesa.
Sabor: Acidez alta, dulzor medio-bajo, amargor bajo. Final muy seco (se pegan los labios).
Sensación: Se siente cremosa a pesar del final seco. Casi nula gasificación.
Comentarios
Ambas Kveik probadas se esperaba que tuvieran bacterias, así que era razonable que se notara su efecto, sobre todo considerando que el mosto de prueba tenía bajos IBU. En su uso tradicional, las cervezas se suelen consumir en pocos días y sin esperar a que fermenten completamente, así que las bacterias no alcanzan a expresarse tanto como acá. También en varios casos se utiliza mucho más lúpulo del que yo usé y durante la fermentación la temperatura comienza alta pero se le permite ir bajando, mientras que yo mantuve la temperatura por todo el tiempo duró la fermentación, promoviendo la acción rápida de bacterias.
Aunque las cervezas no quedaron tomables, se cumplieron los objetivos de la prueba y decidí guardar las Kveik, previamente secadas, para probarlas nuevamente con mostos diferentes en los que las bacterias estén más inhibidas. Los aromas de fermentación fueron muy intensos, interesantes y agradables… ¡sería genial disfrutarlos en una cerveza terminada!
Como bonus, les comparto el servicio de la botella de Hornindal, donde se aprecia claramente una cerveza enferma, o como le dicen en inglés, ropey:
En la del vídeo parece como si tuviera «pediococcus» no? Si es así, yo creo que podría faltarle mucho más tiempo de maduración (pero mejor en el fermentador, claro). No tengo experiencia con ello, pero tiene pinta por otros vídeos que he visto.
Yo hice hace años una cerveza con Hornindal, y no me gustó mucho el resultado, la verdad, prefiero alguna otra kveik que he probado 🙂
Un saludo!
Sí, en general se sabe que Pediococcus produce el problema, pero según entiendo se resuelve con Brett y yo no tenía aquí, así que quizá nunca cambie 😕